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Fijación de la historia:

sobre el último poemario de Carlos Carnero

Publicado: 2021-04-26


A pesar de todo, hay algo exterior en la propia interioridad del espacio. Más allá de lo fenomenológico, sigue habiendo, en el espacio, algo no reductible a la pura subjetividad, vale decir, a la simple impresión, al puro paisaje, a esos grandes marcos a partir de los cuales nos enseñan relacionamos con él. En el espacio, en su historia, en su pura materialidad, hay algo situado más allá de las trazas del monólogo.

¿Cómo se objetiva el espacio? ¿Es imborrable la subjetividad? "Sin identificarme con ellas paso cerca de las moreras", dice el poeta. Sabemos que lo humano solo emerge como lo humano en su acción frente a la exterioridad, en su transformación de ese exterior. Sabemos también que ahí lo objetivo termina por subjetivizarse y que lo subjetivo siempre presiona para salir. Pero en muchos de los versos de este libro se localiza un error en ese gesto porque se domestica la interpelación que produce la materialidad de algo nunca completamente conocido


Lo pensaremos en el pequeño bosque de araucarias

que fue el pasaje Los pinos, o en algún remanso de árboles

Entre los sembríos de la antigua Hacienda Santa Cruz

Pero ese será también un error en la imagen del amor.


Lo humano también se reconoce como humano en la más afirmativa dimensión simbólica. Lejos de la razón utilitaria (o mercantil) lo estético emerge como una instancia para revelar una verdad: "el brillo de lo inmóvil, 

el fulgor de lo inexacto".


(Fijación de Miraflores. Lima: Álbum del universo bakterial, 2020)


Escrito por

Victor Vich

Crítico literario. Doctor Georgetown University, EEUU. Enseña en la PUCP. Ex-profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes.


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