Publicado: 2019-06-23
El congresista Tubino tiene una falsa imagen de sí mismo. Todos la tenemos, es cierto, pero su caso parece ser más grave aún. El congresista Tubino debería ponerse a estudiar un poco, hacer el esfuerzo, porque no hace daño. El congresista Tubino deshonra a las Fuerzas Armadas al pertenecer a una agrupación política (delincuencial, para muchos) que las degradó y las humilló como nunca antes se había visto en la historia peruana. El congresista Tubino cree ser el portador innato de una “buena educación” nadie sabe por qué razones. ¿Se diferencia el congresista Tubino de otros como Bienvenido Ramírez o Moisés Mamani? Algunos piensan que no se diferencia. Otros creen que es peor. En todo caso, los comentarios del congresista Tubino son el símbolo de un modelo de militar (y de un ciudadano) que tenemos que superar. La grave crisis educativa del país no se ve en los resultados de la prueba Pisa, sino en reacciones y comentarios como los del congresista Tubino que dan cuenta de la pobreza cultural en la que vivimos y que, como una tragedia, tenemos que estar escuchando de los naranjas desde hace tres años. Hoy el congresista Tubino es el símbolo de un Perú que debe acabar. Hoy, todos tenemos que ponernos el mandil rosado. Hoy, todos tenemos que combatir la corrupción y no blindarla. No blindar la corrupción, al menos eso. Y combatir el machismo. El congresista Tubino debería callarse un poco y ponerse a estudiar: filosofía, por ejemplo.
Escrito por
Victor Vich
Crítico literario. Doctor Georgetown University, EEUU. Enseña en la PUCP. Ex-profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes.