Nuevamente: hay que ir a la raíz, hay que deconstruir la masculinidad hegemónica
¿Cuál es la manera profunda de combatir la violencia contra la mujer? Insisto: ¿De qué sirve meter a la cárcel a los violadores si tenemos una cultura que "produce" violadores todos los días? Meter a la cárcel a muchos es importante, pero eso no soluciona el problema. El problema es la socialización existente, la cultura, los modelos de masculinidad que existen en la sociedad. El Ministerio de la Mujer y el Ministerio de Cultura no tienen bien afinada la puntería y no saben priorizar proyectos. La estrategia central para combatir la violencia de género -la más importante quizá- debe concentrarse en desmontar el imaginario machista. Para eso son necesarias las políticas culturales. Se trata de ofrecer formas alternativas de vivir las identidades de género más allá de los comportamientos tradicionales. Se trata de inundar la sociedad con imágenes y mensajes que difundan un imaginario igualitario que reconozca la diversidad sexual y que construya un país con derechos para todos. “Ir a la raíz” implica la voluntad por cambiar la cultura, por construir una ciudadanía distinta.
Creo saber algo sobre políticas culturales y creo conocer un poco de la escena artística local. Desde ahí, como aporte a la nueva comisión, comento que uno de los proyectos más contundentes que hoy combate el machismo en el Perú es el promovido por la Universidad Cayetano Heredia, específicamente, por el Instituto de Estudios en Salud y Desarrollo humano (ver: http://ciudadaniasx.org/iessdeh-instituto-de-estudios-en-salud-sexualidad-y-desarrollo-humano/ ). Las intervenciones que ellos han venido realizando en las plazas y parques son notables y pueden ser realmente efectivas. El gobierno y las distintas municipalidades deberían convocarlos para realizarlas por todo el Perú, acompañadas de una intensa campaña de comunicación que debe ser diseñada por expertos en comunicaciones y por ese gran grupo de activistas que desde hace muchos años vienen trabajando comprometidamente en el tema. Los gobiernos peruanos nunca buscan dialogar con los activistas de la sociedad civil. Deberían hacerlo.
¿Qué ocurrió con las recomendaciones que hace poco una comisión emitió para combatir la corrupción? Al parecer, todas ellas siguen esperando “el sueño de los justos”. ¿Pasará lo mismo con las que emita esta comisión? Lo cierto es que este gobierno decepciona a cada instante. Es probable, por ejemplo, que PPK todavía no sepa de la existencia de la importante campaña “Más cultura más Perú” (https://es-la.facebook.com/masculturamasperu/) que intenta convencer a los políticos de la necesidad urgente de invertir en educación ciudadana. El actual presupuesto General de la República está mal hecho como los estuvo el censo del domingo anterior. Actualmente, la inversión en cultura es vergonzosa para un país como el nuestro. El desinterés (y desconocimiento) de las potencialidades de la cultura como agente constructor de una sociedad nueva, es sin embargo, paralelo al coqueteo lobbista para exonerar de impuestos a los más grandazos.
Este no es solo un país de violadores; también lo es de corruptos. Si alguien ya lo ha olvidado, habría que recordar, además, que seguimos ocupando uno de los últimos lugares mundiales en la calidad educativa. Los tecnócratas, sin embargo, siempre nos dicen que “el Perú avanza” y se molestan cuando alguien los contradice. Somos, por lo demás, un país lleno de asaltantes callejeros y nuestras ciudades se han vuelto las más feas y caóticas de la región. ¿Existe alguna relación entre la violencia de la vida peruana, entre la ignorancia supina de nuestros congresistas y la ausencia de políticas culturales? Leer no hace daño al cerebro. Sí, por ejemplo, tener la peor cartelera de cine del continente. Los ministros se equivocan al negarlo: nos hemos convertido en un país gravemente deteriorado en el sentido más duro de la palabra.